Por Giovanna A. Herrera
Ben X (2007) Director: Nic Balthazar Reparto: Greg Timmermans, Laura Verlinden, Marijke Pinoy Obra ganadora de tres premios en el Montreal World Film Festival y uno en el Istanbul International Film Festival. Escrita y dirigida por el belga Nic Balthazar, Ben X muestra el mundo desde la perspectiva de un joven atormentado por la realidad a la que pertenece. Por medio de una narrativa que hace uso de saltos temporales, la historia se va develando. Después de que sus padres se separaran y su padre se volviera a casar, Ben y su hermano menor se quedaron con su madre. Como cualquier adolescente, debe ajustarse a vivir de acuerdo a las convenciones sociales, incluso si no está de acuerdo: debe asistir a la preparatoria, debe convivir con otros estudiantes, debe responder cuando alguien le habla. Todo es aprendido; Ben actúa de acuerdo a lo que los demás esperan de él. Ben es parte del mundo, pero prefiere su propio mundo, el mundo del RPG. Allí, él es fuerte, valiente y respetado por todos; es un verdadero guerrero. Puede cambiar su apariencia cuando lo desea, puede equiparse con las armas que necesite, y lo más importante, puede ser él mismo y hablar con otros sin problemas. En ese mundo, además, está Scarlite, su compañera de campañas, y su única amiga; sólo ella lo acepta como es. En cuanto a sus padres, desde siempre se han dedicado a desfilar de un consultorio a otro tratando de descubrir por qué su hijo es tan diferente. Lo han visto tantos doctores, que enlistarlos sería una pérdida de tiempo. Su vista es perfecta, su oído no falla, es mucho más inteligente que el promedio. ¿Entonces qué está mal con Ben? Pues que Ben habita el mundo, pero lo hace desde otro plano: el plano del autismo. Ben tiene Asperger. No entiende las reacciones humanas o las convenciones sociales. Para él es casi imposible saber cuándo sonreír o cómo ser un buen hermano mayor. Las personas son demasiado complicadas, y él sabe que nunca podrá entenderlas. Por ello se escuda en lo virtual. En lo irreal. Porque en lo irreal está a salvo y nada puede lastimarlo. Todo lo demás, sí. Estar en la escuela es casi insoportable. Ben es el blanco de las agresiones de sus compañeros. Es molestado por todos, traído a menos, tratado como un fenómeno y públicamente humillado. Las burlas se salen de control, y una tarde Ben es atacado por dos de sus compañeros. Inútilmente intenta defenderse, y es dejado a merced del mundo con la derrota a cuestas. En ese instante toma la decisión definitiva: abandonará este mundo tan lleno de egoísmo y maldad. Al igual que la protagonista de la novela de Tolstói, Ben decide entregarse a las mortales caricias de las vías del ferrocarril. Pero Scarlite tiene otro plan. Ella cree que Ben debe despedirse de este mundo dándole una cachetada a todos los que lo humillaron. Y así, emprenden un viaje hacia la mar, para limpiar todo el dolor y los malestares con el agua salada. Para borrar esa barrera entre él, el “marciano”, y los demás. Porque la realidad de los demás no está hecha para las personas diferentes; por eso Ben elige adentrarse al mar, como alguna vez lo hiciera Alfonsina Storni en 1938. Pero Ben no busca poemas; él busca el sosiego. Justicia. Que su historia sea escuchada. Que la verdad vea la luz del día y que todos puedan ver el daño y el desasosiego que causa la intolerancia. Con una interesante fotografía, llena de matices y acercamientos muy detallados, Nic Balthazar manifiesta una propuesta muy interesante en los albores de su trabajo. Ben X es una obra que pone al descubierto una problemática muy constante en nuestra sociedad actual. Nos exhorta a sensibilizarnos ante las diferencias entre individuos y a volvernos empáticos con las distintas visiones del mundo que se producen en la psique de cada persona. Calificación de IMDb: 7.5/10 Calificación de Rotten Tomatoes: 68%
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Julio 2015
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