![]() Por Mariana Uribe S. “No salió de una madre ni supo de mayores. Idéntico es el caso de Adán y de Quijano. Está hecho de azar. Inmediato o cercano. Lo rigen los vaivenes de variables lectores” J. L. Borges de Sherlock Holmes. Desde “un Londres de gas y neblina” –como dice Borges en su poema–, sumida en la penumbra, entre madera, alfombras y escombro, vislumbramos una silueta, sólo iluminada por el fuego de una pipa. El emblemático detective consultor Sherlock Holmes trabaja en su diván. Se mesa la barba y arruga el entrecejo, las charolas con comida que ha preparado la señora Hudson, se amontonan fuera de su puerta, los teléfonos no dejan de sonar y Watson, preocupado, no deja de llamar. Es un caso difícil. Es hora de llamar a Mycroft. El mayor de los hermanos Holmes –corpulento y de mirada profunda y gris–, fina estampa del arquetípico inglés irá directo del Club Diógenes a Baker Street en busca y rescate de Sherlock, siempre interesado por la peligrosa vida del detective. A pesar de sus esporádicas apariciones en los relatos de Conan Doyle, sabemos que Mycroft Holmes posee mayores habilidades deductivas que su hermano menor y que, no obstante, tiene también un completo desapego en cuanto a lo que la ciencia detectivesca respecta. El mismo Sherlock declara en El intérprete griego cómo Mycroft ha demostrado ser “superior a mí (Sherlock) en observación y deducción”. Sin embargo, y lo dice el mismo personaje más adelante, para ser detective hacen falta más que resultados obtenidos mediante cálculos y conocimientos duros, “si el arte del detective comenzara y terminara en el razonamiento desde una butaca, mi hermano sería el mayor detective que jamás haya existido”. La entereza y el acervo de conocimientos de los que es poseedor el mayor de los Holmes, es quizás lo que hace falta a la figura del famoso detective, que afirma que algunos conocimientos son innecesarios, peor aún, ofuscan y entorpecen el proceso detectivesco pues saturan la memoria con datos inútiles. En El estudio escarlata, primer novela de la serie publicada por Conan Doyle, en el proceso de resolver el caso de un asesinato en Scotland Yard, el doctor Watson, maravillado y curioso acerca de las habilidades y métodos supuestamente infalibles de Sherlock, se propone elaborar una detallada lista acerca de los conocimientos que éste posee: “Si sabía un número de cosas fuera de lo común, ignoraba otras tantas de todo el mundo conocidas. De literatura contemporánea, filosofía y política, estaba casi completamente en ayunas […] Mi estupefacción llegó sin embargo a su cenit cuando descubrí por casualidad que ignoraba la teoría copernicana y la composición del sistema solar. El que un hombre civilizado desconociese en nuestro siglo XIX que la tierra gira en torno al sol, se me antojó un hecho tan extraordinario que apenas si podía darle crédito”. Por otro lado, si volvemos la vista nuevamente al Intérprete griego podemos atisbar el número de conocimientos peculiares y comunes que ofrece el diálogo de Mycroft con Sherlock en el Club Diógenes o a la importancia del primero en el Servicio de Inteligencia inglesa. Quizás Borges debió escribirle un poema a Mycroft que muchas veces “gobierna al gobierno” británico. Quizás a sus benditos padres, que lejos de ser reconocidos como los tutores de dos geniales hombres, son olvidados a lo largo de la narrativa Doyleana. ¿Por qué si Mycroft podría ser mejor detective consultor es Sherlock el héroe de Doyle? La respuesta es sencilla y no se debe en lo absoluto al cirujano Joe Bell (del que por el momento no nos compete hablar), sino que la personalidad y el enorme cuerpo inglés de Mycroft están fundamentalmente compuestos de una terrible e irremediable pereza. Estudio escarlata. (Última fecha de consulta 19/04/15) http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/ing/doyle/estudio.htm Conan Doyle. Las aventuras de Sherlock Holmes. El intérprete griego. México 1984. Editorial Porrúa, S. A. Sherlock Holmes de Jorge Luis Borges, poema. (última fecha de consulta 19/04/15) https://belakarloff221b.wordpress.com/tag/jorge-luis-borges/
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Mayo 2015
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