GACETA LENGUAS Y LETRAS
  • INICIO
  • BELLAS LETRAS
    • ENTREGAS MENSUALES
  • ESCALETA
  • BELLAS LENGUAS
  • LETRAS ENTRE LIENZOS
    • CHARL-INK
    • CHIHUAHUA ANDRÓGINO
    • MOE-JOE
  • FACULTAD LENGUAS Y LETRAS
    • Profesores de literatura
    • Congreso Internacional de Estudios Literarios
  • CONTACTO

Fobia

24/1/2015

0 Comentarios

 
por Andrea Domínguez Saucedo
Picture
Música, risas, el “tlink- tlink” de los hielos en el vaso. Clara andaba con una sonrisa entre la gente, buscando a Gerardo: “Tiene un piano hermoso, deberías tocarlo”. 
— ¡Hey! — entre las cabezas de tías y primos vio la mano de Gerardo haciendo señas y brincando. Tras muchos “con permiso” y “disculpe” logró llegar con el chico de los ojos grandes y la sonrisa amplia. Llevaba rato pareciéndole que Gerardo era un chico atractivo, feliz, y particularmente aquella tarde la franca sonrisa del joven era más grande, viva, casi dibujada.
— Ven, está por acá.
Tomados inocentemente de la mano se adentraron entre la multitud. Empezaron a abrir puertas y entrar a cuartos que ella nunca supuso cabrían en una casa de tamaño promedio.
—Oye… —  dijo apretando la mano de Gerardo.— Mejor regresemos.
— Descuida, ya mero llegamos.
Subían, derecha, izquierda, adentro, abajo, arriba, izquierda, derecho, al fondo, arriba, abajo, claun, claun del cerrar y abrir. Conforme se adentraban en las habitaciones la luz se iba atenuando. hasta el punto en que la chica sólo veía sus pies y la mano de Gerardo que tomaba la suya. Sentía que sus pasos se hacían más rápidos, que el corazón se aceleraba y su respiración se cortaba, sintió un apretón en el antebrazo y se detuvieron en seco.
—¿Qué sucede? — Gerardo no respondió. —¿Qué pasa? — preguntó alarmada. Miró las manos unidas y aquella, la que era del chico de modos amables, era distinta; estaba enguantada. Alzó la mirada y muy cerca de su rostro estaba la sonrisa más grande y descompuesta que nunca había visto; unos dientes amarillos y disparejos, rotos y manchados que se enmarcaban con pintura roja y blanca, vieja y cuarteada, coronada por una nariz redonda y brillantemente carmín. Sobre aquella nariz un par de ojos cansados y maquillados en azul le miraban, sin nada dentro de ellos, vidriosos.
El payaso llevó su mano a la nariz y en un gesto que, en cualquier otro momento habría sido gracioso, apretó dos veces la esfera roja del centro de su rostro y emitió un sonido agudo que provocó en Clara un sobresalto.

El grito fue ensordecedor. Salió corriendo de la habitación, abriendo puertas y adivinando caminos, poco a poco la luz fue llenando los cuartos. Cuando por fin encontró la sala donde todos convivían, impasibles, sonrientes y ruidosos, la chica no tenía aire ni fuerza para dar un paso más. Alzó la mirada, nadie pareció notar su apresurada entrada ni haber escuchado sus gritos. De entre tías y primos, Gerardo emergió.
— Te he buscado por todas partes.— Y llevando la mano a la cara de Clara con un chillido cómico le apretó la nariz.


0 Comentarios



Deja una respuesta.

Con tecnologĂ­a de Crea tu propio sitio web con las plantillas personalizables.
  • INICIO
  • BELLAS LETRAS
    • ENTREGAS MENSUALES
  • ESCALETA
  • BELLAS LENGUAS
  • LETRAS ENTRE LIENZOS
    • CHARL-INK
    • CHIHUAHUA ANDRÓGINO
    • MOE-JOE
  • FACULTAD LENGUAS Y LETRAS
    • Profesores de literatura
    • Congreso Internacional de Estudios Literarios
  • CONTACTO