GACETA LENGUAS Y LETRAS
  • INICIO
  • BELLAS LETRAS
    • ENTREGAS MENSUALES
  • ESCALETA
  • BELLAS LENGUAS
  • LETRAS ENTRE LIENZOS
    • CHARL-INK
    • CHIHUAHUA ANDRÓGINO
    • MOE-JOE
  • FACULTAD LENGUAS Y LETRAS
    • Profesores de literatura
    • Congreso Internacional de Estudios Literarios
  • CONTACTO

La cosa detrás del muro

24/11/2015

0 Comentarios

 
Abiel Jiménez ( Querétaro, 1988)
I
La noche en que Santos desapareció las palabras que me había dicho una semana atrás me provocaron escalofríos incesantes que subieron por mi espalda y heladas gotas de sudor en la sien: “mi mayor temor es aparecer en un lugar desconocido en medio de la noche y no volver jamás”. Durante varios meses después de los extraños sucesos que le ocurrieron no pude evitar repetir esta frase en mi cabeza. Aún no sé con claridad qué fue lo que pasó, pero de lo que estoy seguro es que en este mundo habitan cosas ocultas y macabras… y estamos a su merced.
Santos era una persona muy peculiar a quienle gustaba leer historietas y ver películas con inusual obsesión; consumía cuentos y novelas de horror y fantasía y tenía un gustoparticular por las películas de terror en blanco y negro y –sobre todo–  mudas. Solía dormirse mucho después de la medianochealquedarse hasta altas horas de la noche leyendo relatos de Poe y versos de Baudelaire, aun cuando los podía recitar de memoria. Con toda aquella carga de ficción en su mente no era extraño que las personas -me incluyo- lo vieran como un tipo raro. Sin embargo, era mi mejor amigo.
Era frecuente encontrarlo con bolsas debajo de los ojos por la escasez de sueño y con mucha frecuencia se mostraba callado o conversaba poco, como si su meta fuera convertirse en un perfecto lobo solitario;no obstante, siempre se mostraba muy animado cuando surgían pláticas de su interés en torno a historietas, cine, videojuegos, series y anime.
Una tarde gris de nubes ríspidas mirábamos el cielo desde la azotea de un salón de clases cuando de pronto dijo:
- Desde hace una semana no duermo bien – expresó con un tono sombrío, mientras dejaba a un lado el cigarro.
De haber sabido que estas palabras eran un augurio de los horripilantes sucesos que acaecerían luego, hubiera puesto más atención y dado más importancia a las prominentes ojeras que rodeaban sus ojos de color ceniza.
- ¿Será insomnio? – dije casi con flojera
- No es eso, Alan, es que… estoy comenzando a tener miedo de dormir…
- Ah, entonces son pesadillas. Deberías dejar de leer menos cuentos de horror.
- Tampoco se trata de eso. Creo que he comenzado a tener sueños demasiado reales, ¿no te ha pasado? Sueños en los que de verdad tienes conciencia de que estás soñando y en los que puedes sentir tu propio cuerpo, tu peso, la conciencia del aquí-ahora.
- Suena como a una película de B. Johnson, tú sabes, esa en la que unos policías persiguen a un asesino que se mete en la cabeza de las personas y puede hacer que los soñadores se suiciden o algo así; y el pobre tipo termina atrapado en la mente de un perro… hace tiempo que la vi, ya no recuerdo bien la trama pero me gustó la parte…
No me di cuenta el momento en el que mi amigo cerró los ojos mientras yo charlaba acerca de la película, sino hasta el momento en el que me interrumpió estrepitosamente con un brusco sobresalto y un ahogado alarido de terror.
-No otra vez. No. Ya no lo soporto – dijo con voz agitada.
De camino a casa, Santos me contó lo que le había causado tanto pavor. Había sido un sueño muy corto pero había bastado para sentirse totalmente perdido en medio de la nada, me confesó. Estaba temblando cuando me dijo los detalles de esa macabra visión; no dejaba de mirar en cada esquina y desconfiaba de cada sombra. En aquel momento no entendía las dimensiones del problema en que estaba metido Santos, pero por alguna extraña razón sentí un vuelco en el estómago.
 
II
Días después,Santos llegó a la escuela con bastante excitación nerviosa y me dijo que tenía algo muy importante qué contarme. Bajamos por la angosta escalera que conducía a un tenebroso rincón de los salones de quinto semestre, cerca del estacionamiento subterráneo. Estaba tan intranquilo y estresado que comencé a irritarme.
Me dijo que la cosa había llegado a mayores, se levantó el pantalón hasta la pantorrilla y me mostró una raspadura en proceso de cicatrización, herida que se veía reciente. Pero mi irritación me hizo desestimarlo -aún continuaba con mi escepticismo- y aventuréa que se había resbalado en la noche o que había comenzado a lastimarse a sí mismo por falta de atención. Lo negó vehementemente y me hizo una seña de que iba a contarme algo en secreto:
- Aparecí en la oscuridad en medio de lotes baldíos abandonados; era un camino pedregoso, accidentado y estrecho; alrededor de mí –amenazantes- se alzaban construcciones a medias, inacabadas y desfiguradas, llenas de matorrales y espinos por todos lados. A lo lejos, un farol emitía una luz débil que estaba a punto de extinguirse. Las sombras proyectaban un aire moribundo y sufrido. Las puertas chirriaban quejándose de la noche. Así fui caminando hasta percatarme de que se trataba de un callejón sin salida o al menos eso pensé porque había un gran muro obstruyendo el camino. Quería salir de ese lugar a como diera lugar, así que di la media vuelta y aceleré el paso. En ese momento, escuché crujidos del otro lado de aquella pared y me quedé estático. En medio de esta oscuridad tangible fui presa de un terror que nunca he sentido en mi vida. La di la espalda al muroy comencé a caminar en sentido contrario de donde había caminado; pero en ese momento las chispas del farol comenzaron a indicar que la luz se extinguiría en segundos y fue cuando eché una mirada de reojo sobre mi hombro y lo que vi casi me dejó precipitado: mi visión fue demasiado limitada pero estoy seguro de haber visto una sombra agazapada en lo alto del muro, observándome. Escuché el sonido de un cuerpo arrastrarse y babear sin pronunciar palabra. No lo pensé dos veces, eché a correr con todas mis fuerzas, mientras escuchaba que aquello me seguía con pesados movimientos; y aunque empleaba todo mi esfuerzo en mis piernas aun me sentía lento y pesado. Pero estaba tan sumido en la desesperación por correr que tropecé y caí sobre mi pierna. El dolor me quemaba. Fue entonces cuando volteé hacia atrás y alcancé a divisaruna masa se acercaba hacia mí, puedo asegurar que era una cosa escurridiza y babeante. Algo asqueroso. Me levanté lo más rápido que pude y seguí corriendo con el dolor punzante en mi pierna. Por fin conseguí salir del callejón, hacia unaavenida desierta y estuve a punto de gritar cuando de pronto un autobús apareció de la nada con demasiada velocidad… tanta que no tuve tiempo de quitarme del camino… y entonces aparecí con esto. Si alguna vez no vuelvo sólo tú sabrás porqué.
Me mostró sus heridas. Su relato me pareció de lo más extraño y absurdo. De verdad parecía estar tomando una personalidad paranoica. Tomó una pastilla y volvió a insistirme en que debería de permanecer despierto todo el día, que no debería dormir en ningún momento. Se estaba tomando demasiado en serio sus padecimientos.
En ese momento sacó de su mochila rota una libreta desgastada y usada. Me explicó que era un diario en el que había anotado algunas de aquellas pesadillas tan reales. Lo guardé entre mis cosas con la promesa de leerlo en cuanto pudiera. Una sombra cruzó su semblante. Luego, desapareció entre los salones de piedra fría y se perdió en el umbral más meridional, dejándome una especie de inquietud.
Por un momento volví a pensar que sus alucinaciones eran producto de una excesiva exposición a libros y películas de terror. Luego imaginé que tal vez estaría ingiriendo sustancias o alguna clase de medicina para sus nervios. Quizá el hecho de vivir solo durante mucho tiempo lo hizo propenso a tener periodos de locura.
 
III
No abrí el diario inmediatamente que llegué a casa. Lo dejé afuera, esperando que éste me llamara la atención. Fue hasta entrada la tarde cuando comencé a darle una mirada con poco interés porlas hojas llenas de banalidades y pensamientos que poco a poco se iban trastornando; y al principio descubrí una serie de cosas aburridas que, al principio, me provocaron una especie de lástima y después una profunda preocupación. Pronto la lectura se convirtió en un caos:
 
2 de agosto: Aunque fue un sueño cortísimo y totalmente sin sentido, me he despertado con una sensación extraña, la sensación de haber estado viviendo en otra realidad, en dos momentos distintos; demasiado ligero.
7 de agosto: Nadie me va a creer esto, pero soy capaz de vivir mis sueños(está tachado). Es tonto decir eso.He despertado dentro de un sueño que era parte de otro sueño. Una vez más tengo esa sensación rara de estar viajando a otras realidades. Además he comprobado que estoy consciente la mayor parte del tiempo, puedo pensar lo que puedo decir y reflexionar sobre ello. Y lo que es mejor, puedo desear cuándo despertar por mi voluntad dentro del sueño. Pero éste último fue tan confuso que me aburrí y decidí cambiarlo. Probaré esta teoría de nuevo esta noche.
9 de agosto: Era cierto, era cierto…mi teoría es correcta:es increíble lo que la mente humana puede llegar a hacer con absoluta concentración y abstracción. ¿Será que estoy convirtiéndome en un viajero astral? Sólo ha sido una noche y ya conozco diez ciudades diferentes. Dios mío, la experiencia es tan real, tan lógica, tan creíble.
16 de agosto: Una incertidumbre se ha apoderado de mí. Todos estos días ha sido increíble visitar lugares increíbles y personas tan diversas en el mundo. Sin embargo, empiezo sentir que estoy perdiendopoco a poco el dominio de mis propios sueños. Cada vez que estoy disfrutando de algún lugar el paisaje cambia y me encuentro en un lugar totalmente diferente; las personas a mi alrededor se desvanecen como cenizas en el viento. Los escenarios cada vez son más oscuros y deprimentes. Duermo cada vez menos.
20 de agosto: He pasado dos días enteros sin dormir y mi cuerpo está agotado; estoy perdiendo la coordinación de mi cuerpo y siento que me desvanezco… pero antes de que me rinda me hago lo que sea para mantenerme alerta. El café me acompañó al principio pero ya no es suficiente; ahora los pellizcos, las bofetadas y las tinas con agua fría me mantienen alejado de aquella horripilante visión de hace dos días.
(Dice que es 22 de agosto): Siento un miedo terrible, ya no es lo mismo de antes, ya no puedo controlar mis sueños. Poco a poco he estado apareciendo en lugares cada vez más solitarios y por mucho más tiempo. Hay algo que me sigue, puedo sentirlo, no sé qué es pero sé que está ahí siempre, vigilándome. Estasvisiones son demasiado reales, tanto que me asustan. Ya no sé distinguir la línea en qué momento estoy dormido o despierto, ya no sé en cuál de los dos mundos estoy parado. Laberintos, maleza, subterráneos, montañas nevadas, grandes océanos… parece que estoy atrapado en mis propias pesadillas en las que puedo pasar meses enteros. Estoy atrapado dentro de un vagón de tren que no se detiene y no sé hacia dónde va. Pero aquella sombra no deja de seguirme a donde quiera que vaya, no me deja ni siquiera pensar, aunque ni siquiera la he visto, puedo asegurar que está ahí. Ese sonido de arrastre y babeo ya no lo soporto, me va a volver loco, (las letras son inentendibles).
(No sé qué día es): Ya no puedo quedarme dormido nunca más, me descuidé. Lo peor es que ya no sé ni en qué tiempo estoy. Temo quedar atrapado y no regresar nunca más. Afuera está saliendo el sol, y confío en que esta vez esté escribiendo esto en papel real. Si es así entonces todavía no me he ido para siempre. Lo último que he alcanzado a ver ha sido realmente horripilante. He tratado de contárselo a Alan, pero cree que estoy loco o que leo demasiado. No lo culpo, cualquiera podría creer que me he metido alguna droga en el cuerpo o que estoy tratando de llamar la atención. Pero no es cierto, estoy cuerdo todavía, aunque ya sea demasiado borrosa la línea de mi consciencia que me hace diferenciar la verdad de la mentira; son pocas las cosas a las que me puedo aferrar para saber si es real o es un sueño. Tengo miedo de descubrir qué es lo que me está siguiendo, lo único que sé es que está vivo en algún lugar, acechándome, buscando llevarme a un lugar desconocido en el que ya no pueda escapar y en el que yo sea una presa fácil. Si esto no es una pesadilla iré inmediatamente con Alan…
 
Me encontraba totalmente absorto en la lectura cuando el sonido de mi celular me provocó un sobresalto exagerado. Era una llamada perdida de Santos. Me sorprendió demasiado que fuera precisamente él y aún más que al intentar devolver la llamada no contestara; decidí ir a su casa. No sabría qué decirle a mi amigo, todo aquello era muy extraño. Si Santos tenía una enfermedad o una intoxicación o se había metido a una secta o había hecho aquel experimento de verdad no sabría cómo ayudarlo, pero me había convencido de que algo estaba mal.
Rápidamente llegué a la casa de Santos y no fue difícil entrar. La casa estaba sola, a no ser por una figura derrumbada que distinguí encima de una mesa de cocina, con suficiente olor a café como para llenar un estadio. También pude ver recetas para provocar el insomnio.
Era inevitable: Santos se había quedado dormido, mientras trataba de evitarlo. Pero lo que vi inmediatamente me dejó anonadado; jamás olvidaré aquella noche en lo que resta de mi vida: ahí estaba Santos, ignoraba qué había pretendido hacer momentos antes de quedarse dormido, pero comenzó a convulsionarse y a pronunciar palabras inentendibles y entre cortadas; me acerqué para despertarlo, sólo recuerdo que insistí por un buen tiempo “Santos, despierta, despierta”; pero mi voz no surtió ningún efecto. Lo abofeteé y tampoco reaccionó. Estaba exangüe.
En un instante que duró milisegundos pudo abrir los ojos y me miró; creo que me miró, aunque sus ojos estaban vueltos hacia atrás; intentó alzar la mano y pronunció la que sería su última palabra “Nooooooo aaaaaaaghh!!!”. En ese momento, su mano cayó sobre su costado y comenzó a desvanecerse entre mis manos, se volvió invisible, dejó de estar ahí simplemente, mientras lo seguía sosteniendo en un débil intento por creer que eso había sido algo irreal. Sé que nadie creerá esto pero se desvaneció entre mis manos, así nada más, el Santos que había estado sosteniendo un segundo antes se fue. Desapareció.
 
IV
Luego de nueve días de búsqueda intensiva y haber declarado la alerta para desaparecidos, encontraron restos del cuerpo de Santos -pudimos comprobarlo- en el bosquecillo montañoso que está en los límites de la ciudad, en medio de unos espesos matorrales que se localizan cerca de una gruta ancestral: eran los despojos de un cadáver que –las pruebas forenses lo confirmaron– había sido devorado por una bestia, así lo describieron las autoridades. Pero no había ningún animal peligroso a la redonda y para quitarse el caso de encima el juez determinó que algún foráneo había tirado a su víctima en aquel lugar.
A mí me hicieron cuestionamientos hasta el cansancio, aún mucho después. Nunca supe qué decir a la policía, nadie estaría dispuesto a creerme tal patraña. Repetí una y otra vez la versión de que el día que desapareció fui a su casa pero no lo encontré. Sueños, desvanecidos, ¿fantasmas?… me tomarían por un loco y me encerrarían en el psiquiátrico. Pero sé que todo fue real, porque yo estuve ahí la noche en que Santos desapareció. Y estoy seguro de que aquella cosa que lo acechaba se lo llevó.
Ahora, después de muchos años, dejo constancia de que la misma entidad me persigue a mí cada vez que duermo. Por eso intento cada vez menos entrar en ese mundo. No sé qué le sucedió a Santos pero fue algo completamente espantoso e insoportable: ese sonido de patas arrastrándose no me deja en paz, ya no lo resisto, nadie va a creerme… viene por mí, lo sé, y me llevará como a Santos. Estos sueños siguen siendo demasiado reales. No estoy listo para morir… pero estoy tan agotado de resistir nueve días… nueve días sin pegar los ojos… y ese sonido repetitivo y babeante se acerca cada vez más.

0 Comentarios



Deja una respuesta.

    Colabora en Aeroletras
Con tecnología de Crea tu propio sitio web con las plantillas personalizables.
  • INICIO
  • BELLAS LETRAS
    • ENTREGAS MENSUALES
  • ESCALETA
  • BELLAS LENGUAS
  • LETRAS ENTRE LIENZOS
    • CHARL-INK
    • CHIHUAHUA ANDRÓGINO
    • MOE-JOE
  • FACULTAD LENGUAS Y LETRAS
    • Profesores de literatura
    • Congreso Internacional de Estudios Literarios
  • CONTACTO