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El Mostaza.

30/7/2015

1 Comentario

 
Crónica por David Álvarez.

Son las 02:05 de la mañana, el ambiente es frío y las calles son el escenario del pleito 

entre la oscuridad que acecha los hogares y la luz de los faros que, en hilera sobre la 

banqueta, contrarrestan el ataque. En aquel escenario solitario, al compás del viento, la 

estridulación de grillos y mis pasos, enciendo un cigarro. Camino con cerveza en 

mano por callejones y privadas, observando las pequeñas capillas, iglesias rojizas y 

casas grises con adornos religiosos en las ventanas y la puerta. 

Avanzo por la calle “Espuelas del ferrocarril”, en Carrillo. El nombre completo del 

barrio, antiguamente una comunidad, es Felipe Carrillo Puerto, apodado por individuos 

crecidos en condominios y casas de Infonavit, en las colonias aledañas, como: Perrillo 

Muerto, Carrindio y, para el glamour: Carriyork. Seguí en mi andanza por la calle 

mencionada, guiándome por las vías del tren que atraviesan el barrio, caminando por los 

rieles, balanceándome con los brazos estirados al costado. Después de largos minutos y 

sorbos de alcohol, cruzo con la avenida San Diego y avanzo, sigo derecho durante 

algunos minutos y el estruendoso ruido de un tren en marcha se escucha repentinamente 

frente a mí. Un puente se asoma en la curvatura del camino y, bajo él, un apartadero 

ferroviario. Me detengo, recostado en un poste de luz enciendo un cigarro y observo, 

detenidamente, los trenes parqueados.

Parado ahí, me percato de la presencia de alguien que se acerca sigilosamente hacia mí. 

Al voltear me saluda con la mano izquierda, mientras la otra la tiene ocupada entre su 

nariz y boca. Pantalón de mezclilla roto, con un bulto dentro del bolsillo y un suéter 

negro lo acompañan. Al llegar, me toma del hombro y me vuelve a saludar. Me quedo 

callado y volteo al frente sin perder de vista a aquel transeúnte, el cual se posa frente a 

mí y me sugiere un intercambio del cigarro que fumo por un pedazo de papel empapado 

en solvente. Dudo al momento, no porque quiera una mona, sino para darle el cigarro, Y 

no es que se lo niegue por mamón, sino que, dentro de ese pequeño delirio mezclado de 

ignorancia, pienso que, cuando decida encenderlo, el pobre tipo se incendie por 

el pvloco, el thinner o lo que sea que esté inhalando. Balbuceo y, al final, le otorgo un 

cigarro sin cobro alguno. Tiro el mío. Saco el encendedor y, un poco alejado y con la 

cara en gesto de protección (ceño fruncido, cabeza ladeada y labios apretados) le prendo. 

Toma el cigarrillo con torpeza, le da un par de aspiraciones y lo tira. No le digo nada, no 

quiero problemas y vuelvo a voltearme hacia el apartadero, pretendiendo ignorarlo para 

ver si el tipo se va y me deja tranquilo. Pero no, ahí se queda con la mano sobre su 

rostro, sacando ocasionalmente un bote de PVC (el bulto de su pantalón) para empapar 

el pedazo de servilleta arropado por su puño. Al parecer es un mona decente; alza el 

meñique con decoro, me habla de usted y me ofrece continuamente, en grata 

solidaridad, un poco de su viaje. Le digo que no y sorbo un trago de chela; saco otro 

cigarro y me dedico a fumar contemplando el paisaje. El tipo no deja de hablar, quiere 

un charco de cerveza pero le digo que no. La cerveza, a diferencia del agua, se puede 

—Ahí ‘tan mis veinte. Vamos por unas aquí al Oxxo— me dice.

Pienso detenidamente la propuesta; tengo dinero y ganas de seguirle. Tiro el cigarro y 

acepto ir; no tengo nada más que hacer.

Vamos al Oxxo, en el camino le pregunto su nombre, lugar de procedencia, sexo y una 

breve semblanza. Juan Paco Pedro de la Mar o el Mostaza, pa´ la banda, chilango de 

nacimiento y queretano de ocasión, machín desde que nació. La tienda queda en el cruce 

de San Diego, en la esquina frente a otro insultante Oxxo (dos pinches Oxxo´s en el 

mismo espacio, ¡ya ni la joden!). Saco mis cincuenta pesotes y con los veinte del 

compa, armamos un six de Tecate. Nos encaminamos de regreso a las vías platicando 

hasta que llegamos, tomamos asiento en la banqueta y destapamos un par de latas.

—¡Salud!—comenta el Mostaza, chocando su lata con la mía y, tirando un charco al 

suelo, exclama: —A la salud de los muertos, también—. Ahí nos quedamos pensativos 

y en silencio, saco un cigarro y él una mona. Todo un ritual: busco en mi pantalón la 

cajetilla, extraigo el cigarro y lo miro detenidamente. Pienso en la vida y la muerte, 

busco el encendedor, enciendo el cigarro, le doy un trago a la lata y fumo. Él busca su 

botecito de PVC, remoja su servilleta, quién sabe en qué piense, empuña su mano, alza 

Después de tiempo sentados en la calle, observando los trenes, una patrulla pasa frente a 

nosotros. Intentamos esconder las latas pero es demasiado tarde. Se detiene y bajan tres 

gendarmes, oficiales, policías, puercos, mamones o cómo quieran llamarles. Nos 

levantamos con las manos en alto, nos revisan y encuentran el bote de PVC y mis 

cigarros; nos los quitan y patean el cúmulo de latas de cerveza.

— ¡Pinches mierdas! — dice el Mostaza.

Lo tiran al suelo y lo someten; yo me quedo perplejo y me toman de la cabeza y me 

lanzan al cofre de la patrulla. Me sueltan un golpe en las costillas y me retuerzo de 

dolor. — ¡No se pasen de lanza, culeros! —les digo encabronado. Los muy ojetes se 

ríen y me vuelven a golpear en el mismo lado. — ¡Ya valieron madre, par de putos!— 

nos dicen los puercos.  Nos esposan, nos meten a la patrulla: dos puercos adelante, 

nosotros atrás y uno en la caja de carga. Me quedo pensativo, con un dolor terrible por 

el par de golpes y con ganas de un trago de cerveza. El Mostaza, inquieto, se ladea con 

fuerza, comienza a gritar y uno de los puercos, el que va de copiloto, le asesta un 

manotazo en pleno cachete.

— ¡Ya cálmate pinche chundo!— dice el honorable cuerpo de justicia.

El Mostaza se queda callado, con rabia contenida respira agitado, las venas del rostro le 

resaltan y, por fin, explota gritando:

— ¡Chingas a tu madre tú, tú…!— y, señalando al que va en la caja de carga, remató: 

— ¡Y tu mamá también!—.
1 Comentario
Paloma
31/7/2015 04:47:17 am

Quedó bien el título.

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