Era martes. Como odiaba los martes, siempre fastidiosos a su manera. Y los martes de marzo eran peores, calurosos y naranjas. Ese martes, la barra temblaba bajo mis pies, el aire golpeaba mi rostro jalando mi cabello hacia atrás sin medir la fuerza con que lo hacía, igual que una madre furiosa cansada de los desplantes de su hija.
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Busqué seres humanos para habitar planetas entre mis nalgasninguno es
similar a la Tierra no son rojos ni espinillas es IEl problema es de la vida
que por mucho que nos coma en el fondo no se sacia Es hermoso ver el vuelo contemplar cómo los torsos se desdicen de sus masas pero así y aun siendo hermoso tampoco el amor es el aire HombreHombre mazorca,
hombre tierra, hombre viento corazón de fuego. Hombre que se ahorca, hombre que se entierra, hombre sin aliento, ¡hombre! La vida no es un juego. |
Gaceta
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