Llegué sin vida a este mundo y, para frustración de muchos y confusión de otros, ahora me encuentro escribiendo esto. Mi abuela dice que debo agradecerle a Dios, mientras que mi padre me reprocha que no pudo cumplir su sueño de ser alpinista profesional por mantener a otro hijo. Pero, sin importar la razón, estoy aquí para verlo todo y sentir el viento con dióxido de carbono.
0 Comentarios
|
Gaceta
|